Ha llegado el invierno a los viñedos de Algaida. Las uvas esparcidas, que se dejaban en manos de los pájaros y la naturaleza salvaje de Mallorca, ahora se comen. Los días frescos de enero favorecen el descanso invernal de nuestras viñas. Después de las vacaciones, comenzamos la importante poda, que da forma significativa al carácter de nuestros futuros vinos. Una poda cuidadosa permite obtener más o menos rendimiento, influye en la madurez y la concentración de las uvas y garantiza que la vid se mantenga en perfecto equilibrio.
Con respeto y comprensión por la naturaleza, podamos las viñas: evitamos grandes heridas que puedan causar enfermedades. A lo largo de los sinuosos troncos, nuestros expertos en viticultura seleccionan cuidadosamente los brotes para la próxima cosecha.
Los zarcillos cortados regresan al suelo en forma de nutrientes, favorecen su fertilidad y proporcionan un hábitat para pequeños organismos. Así es como Vinya Tribaneli crea vinos que reflejan el equilibrio entre las personas y la naturaleza.