Paralelamente al cultivo del viñedo, profundizamos en el proceso creativo de etiquetar nuestro primer trío de vinos. Con el desafío de innovar dentro de los límites tradicionales de la presentación del vino, optamos por un enfoque innovador para las etiquetas «temporales» de nuestras primeras cuvées (tintas, rosadas y blancas). Nuestra visión era combinar la tradición con un toque moderno, lo que dio como resultado el diseño de etiquetas transparentes con elementos reflectantes. En un atrevido alejamiento de las marcas convencionales, omitimos la tapa para que la calidad del vino hablara por sí sola. Además, las propias etiquetas incluían un guiño a la floreciente industria de las criptomonedas, y cada tipo simbolizaba una moneda digital diferente: BTC (Bitcoin) para el rosado, ETH (Ethereum) para el vino blanco y DOT (Polkadot) para el vino tinto. Este enfoque innovador no solo nos distinguió como el primer viñedo en rendir homenaje a estas monedas digitales, sino que también nos posicionó como pioneros en la interfaz entre la viticultura y la innovación digital.
Esta combinación del antiguo arte de la elaboración del vino con la frontera de la moneda digital refleja nuestro espíritu de abrazar lo nuevo a la vez que honramos las tradiciones que han dado forma al mundo del vino. A medida que avanzamos, nuestro viñedo sigue siendo un lugar de crecimiento y experimentación, un testimonio del viaje de descubrimiento que se encuentra en el corazón de cada botella que producimos. Nuestro compromiso con la innovación, tanto en el viñedo como en la construcción de nuestra marca, promete un futuro en el que cada cosecha cuente una historia de creatividad, sostenibilidad y visión de futuro.